Actividad física

Natación, ¿el mejor deporte para el dolor crónico?

Natación, ¿el mejor deporte para el dolor crónico?

La actividad física está a menudo recomendada para aliviar algunos efectos causados por el dolor crónico. Por supuesto es necesario que un profesional médico evalúe nuestra situación y dictamine si hacer deporte podría llegar a agravar nuestro dolor, e incluso recomendarnos alguna práctica que sea más o menos recomendable en función de nuestra condición.

Dentro de todas las posibilidades que podemos encontrar en cuanto a actividad física se refiere, existen algunas que de entrada tienen menos riesgo de lesión o tienen menor impacto en algunas partes de nuestro cuerpo.

Hoy nos gustaría hablar sobre la natación (y otras actividades que podemos realizar en el agua), uno de los deportes más completos que existen, y a su vez, una forma «segura» de seguir haciendo ejercicio y mejorar nuestro dolor.

Por qué es bueno nadar

La principal ventaja de la natación respecto a otro tipo de ejercicios aeróbicos, es el menor impacto sobre nuestras articulaciones a la hora de realizarlo. Si corremos, o incluso si caminamos, nuestras piernas realizan impactos sobre el suelo que pueden acabar sobrecargando nuestras articulaciones. Esto dependerá también del grado de intensidad, la duración del ejercicio, o incluso de si ejecutamos la técnica correctamente.

La natación, y otras actividades que podemos realizar en el agua, presentan ciertos beneficios respecto a otras actividades, especialmente si padecemos dolor crónico. De hecho, es una de las recomendaciones de la Sociedad Española del Dolor de cara a mantenerse activo, ya que el dolor crónico no debe ser un impedimento para mantener un estilo de vida saludable. Incluso en pacientes con fibromialgia hay estudios que afirman que los ejercicios realizados en el agua han sido de utilidad para mejorar el dolor.

Gracias al menor impacto en las articulaciones, y a la resistencia que ofrece el agua para realizar algunos movimientos, no solo estamos mejorando nuestra capacidad cardiovascular, sino también fortalecemos los músculos.

Aun así, hemos de tener en cuenta que por muy saludable que sea una actividad física, también puede agravar nuestro dolor o una lesión previa.

En función del estilo que practiquemos, o del ejercicio que realicemos, tendrá más o menos incidencia en algunas zonas de nuestro cuerpo. De ahí que la principal recomendación sea la de consultar con un especialista, o incluso realizar sesiones dirigidas con un profesional que supervise la correcta ejecución de la técnica, y que nos permita adaptarnos a nuestra necesidad y nivel.

Hemos de tener presente que aunque el entorno en el que realizaremos los ejercicios es más favorable para evitar lesiones, hemos de hacerlos de forma correcta y siguiendo los consejos de un especialista. Esto cobra especial importancia cuando tenemos alguna lesión previa o sufrimos dolor crónico, situaciones en las que no haremos nada sin que nos lo recomiende un profesional médico.

Beneficios de la natación

A grandes rasgos, nadar o hacer ejercicios en el agua sí presenta una serie de beneficios en comparación con otras actividades. En este caso es una recomendación general, por lo que si tu situación particular es diferente, si sufres dolor crónico, o si tienes alguna lesión que pudiera verse agravada por esta actividad, consulta primero con tu médico.

Estos son los principales beneficios de la natación:

  • Nuestro peso en el agua equivale solo al 10% de nuestro peso en tierra, por lo que es una opción ideal para personas con movilidad reducida por causas como el sobrepeso o alguna lesión, y también para embarazadas o adultos mayores.
  • La natación implica todo el cuerpo, extremidades inferiores y superiores, y también el torso. Pocas actividades son tan completos a la hora.
  • Además, gracias a ser tan completo, nos permite trabajar la resistencia, la fuerza y la flexibilidad a la vez.
  • Mejora la coordinación.
  • La natación y los ejercicios suaves en el agua nos ayudan a relajarnos y liberar tensiones y reducir el estrés.
  • Como ejercicio cardiovascular, favorece la quema de calorías y nos ayuda a perder peso.
  • Mejoramos nuestra capacidad pulmonar.

Depende del estilo que practiquemos, o del tipo de ejercicio que hagamos en el agua, podemos potenciar otros aspectos o zonas más específicas. Aun así, la lista de beneficios es bastante larga e interesante para que nadar sea una actividad a tener muy en cuenta si queremos mantenernos en forma.

Y como siempre decimos, consulta con un profesional médico sobre la idoneidad de la natación para tu caso particular.